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El viaje del monstruo fiero

Una producción para la COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO
Con RAFAEL ÁLVAREZ “EL BRUJO”
JAVIER ALEJANO (Músico en directo)

VIERNES, 11 y SÁBADO, 12.08.2023 – 20.00 h.

Teatro CASYC
C/Tantín, 25.
Santander.

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El_viaje_del_monstruo_fiero__foto_Sergio-Parra_012_PANTALLAEste viaje del monstruo es mi propio viaje a través de los escenarios donde todavía se celebran los vestigios de la gloria irrepetible del Siglo de Oro español.
El público me hizo monstruo fiero por necesidad y así cumplí con mi parte de la herencia.
Soy un bululú. A través de una loa de Lope de Vega circulan mis memorias por la escena.
Sobre el yunque de los textos yo le di golpes al fuego, como Vulcano, y me los gané para mí, con el sudor de mi frente, como Adán. Lope, Quevedo, Cervantes, los místicos, Shakespeare, Calderón… invocando la belleza por los pueblos, ellos me han nutrido con su leche… En realidad, ella es la única diosa que puede convertirnos en lo que realmente somos.
Estos textos han sido mis plegarias. Ahora vengo con ellas a «la  corte», trasmudados en la hermenéutica de mi pellejo.

A veces son vino exquisito y otras un caldo peleón. Por ello pido, pues, benevolencia, como conviene a la costumbre, según el ritual. En este caso, el favor no es para la comedia sino para el que detenta la palabra, el único soporte de la acción: ¡el actor!
Que ustedes lo disfruten.
Se levanta el telón.

Voy dando las gracias, que ya comienza la función.

Rafael Álvarez EL BRUJO

Extractos del texto “EL BRUJO MONSTRUO Y ENIGMA DE LA LOA DE LOPE” de Francisco Gutiérrez Carbajo para el programa de su estreno en la COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO.

RAFAEL ÁLVAREZ “EL BRUJO” es un clásico, un monstruo, no es un actor sino el actor, que puede transformarse en todos los personajes que menciona Lope en la loa inspiradora de esta pieza:
«Aquí es hombre, allí mujer; / Aquí niño, allí gigante… / Este es el que en el tablao / todas estas cosas hace / cuando representar quiere / y en muchas comedias sale. / Ya sale mozo galán, / ya sale viejo, ya paje, / ya loco, ya portugués, / ya borracho, ya estudiante…».
Este actor es el más claro representante del bululú, que cambiaba de registro, según los personajes que interpretaba, y como Thespis, el primer actor de la historia, que dialogaba con el corifeo, según Aristóteles, el Brujo interrumpe a veces su discurso polifónico y habla con el público. En la proliferación actual de los monólogos, los suyos son especiales, en la línea de Vittorio Gasman o de Darío Fo.
Si en el teatro naturalista el monólogo está limitado a situaciones excepcionales, ya en Shakespeare, el Sturm und Drang, Maeterlinck, Strindberg… desempeña una función esencial.
El Brujo es el creador del monólogo polifónico, que abarca desde la palabra del pícaro hasta la de Dios, y si Gassman combina el humor en la serie Túnel con lo grave en la Divina Comedia, el Brujo es tan real y verdadero en Juncal como en San Francisco de Darío Fo.

“…El yo del Brujo, es un escenario por el que transitan numerosos yoes, como diría Pessoa…”

“… La música de Javier Alejano subraya, en momentos concretos, esta lengua plural, que rompe las fronteras entre la ostensión-mostración del teatro y la narratividad de la novela y del cine…”

“… En la mayoría de sus obras, el viaje sigue la estructura homérica circular, como don Quijote en sus tres viajes o Max Estrella en Luces de bohemia…”

“…La mujer en la escena puede transformarse en hombre y a la inversa, gracias al vestido y, en todos los casos, este es uno de los signos de identidad del personaje. El teatro desmiente el proverbio de Mal Lara: «El hábito no hace al monje» y ratifica la sentencia de Lope en El perro del hortelano: «Todo es vana arquitectura, porque dijo un sabio un día que a los sastres se debía la mitad de la hermosura». Asistí a la representación de El hábito hace al monje, adaptación de la novela Leader machen Lete de Gottfried Kepler por un grupo alemán.
Admiro el vestuario sencillo y bello de Georgina Mostellar en las piezas del Brujo, pero es la palabra la que construye realmente al personaje. Su palabra convierte las acotaciones, con función secundaria para algunos, en el discurso principal en El alma de Valle-Inclán.
La prevalencia del logos ya la defiende Gil Vicente en Don Durados: «Debes hablar como vistes, o vestir como respondes…»